En los últimos años, se ha descubierto que los problemas de salud mental durante el embarazo aumentan el riesgo de ciertos resultados negativos para las madres y los niños. Los investigadores han podido comprobar que la depresión durante el embarazo afecta el cerebro y el desarrollo neurológico del bebé durante su infancia y tiene un impacto negativo en la relación madre-hijo en el primer año de vida. El estudio reciente descubrió que tener ansiedad o depresión durante el embarazo también puede aumentar la posibilidad de una cesárea, una intervención que representa riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Investigar El estudio, realizado por la Universidad de Michigan y publicado en la revista científica Health Matters, analizó el impacto de la salud mental de una madre en la probabilidad de que tenga un parto. Con datos de 360 225 partos realizados entre 2008 y 2017, el estudio es uno de los más grandes en documentar el vínculo entre los trastornos de salud mental durante el embarazo y la primera cesárea en mujeres de bajo riesgo.
Según sus resultados, las mujeres con un diagnóstico prenatal de ansiedad o depresión tenían un 3,5 por ciento más de probabilidades de tener su primer parto por cesárea que las mujeres sin ansiedad ni depresión. «Nuestros hallazgos subrayan la importancia de mejorar la detección y el tratamiento de la depresión y la ansiedad prenatal en las mujeres embarazadas», dijo en un comunicado Vanessa Dalton, ginecóloga y obstetra del Von Freund and Women’s Hospital de la Universidad de Michigan. «Es fundamental comprender mejor cómo estos trastornos del estado de ánimo aumentan la probabilidad de un parto por cesárea, y sabemos que el parto por cesárea tiene efectos en la salud tanto a corto como a largo plazo para las futuras madres y sus bebés».
La relación entre trastornos de salud mental y el riesgo de cesárea no se han probado, pero los científicos tienen algunas teorías.
Por un lado, se piensa que la ansiedad prenatal a veces se centra en el momento del parto en sí, lo que puede dificultarlo y llevar a los proveedores a recurrir a la cesárea. Además existen otras teorías que sugieren que la ansiedad puede afectar el desarrollo de la placenta y esto también podría provocar un parto no natural.
En cualquiera de los casos, la conclusión del estudio es esta: mejorar la atención a la salud mental de la mujer durante el embarazo, para poder ofrecer un diagnóstico y tratamiento a tiempo.